sábado, 17 de octubre de 2009

Generalidades

En México, como en otros países, la degradación y el agotamiento de los recursos naturales va en aumento, esto como resultado de los procesos productivos que no han tenido en cuenta el costo ambiental del desarrollo.

Los organismos ecologistas aseguran que los productores tienen en la autoridad un aliado, con lo cual el problema continúa. ¿Qué precio paga el medio ambiente para que logremos un PIB determinado y cuánto se le asigna en la partida presupuestal para resarcir el daño ecológico causado? La realidad es que el crecimiento económico, si es que lo hay, va de la mano con la destrucción ecológica.

También está el hecho de que el impacto ambiental se liga a la desigualdad económica, ya que solo un pequeño porcentaje de la población se ve beneficiado por el desastre ecológico, aun cuando nadie debería obtener ventajas de la destrucción de la naturaleza. Actualmente hay pocos proyectos que concilien el desarrollo económico, el bienestar social y la protección al medio ambiente.

Un desarrollo integral implica crecimiento económico, ligado a proyectos que recreen, restituyan y aumenten los recursos naturales; no podemos olvidar que de ellos dependen la existencia de todas las formas de vida. Lo único real es que no es posible gastar el capital de la naturaleza más rápido de lo que puede regenerarse.

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